sábado, 26 de marzo de 2011

Las velocidades de nuestro Universo


A los que corren en un laberinto, su misma velocidad los confunde.
Séneca S. I. d.C.


Hay ciertas magnitudes en el Universo, en las que nos movemos, que siempre me han fascinado. Y que tambén nos sitúan y debemos poseer en nuestra conciencia, porque se trata del mundo en el que existimos, por increíble que pueda parecernos a lo tener percepción de ellas.

Hablo en esta ocasión de las velocidades de nuestro entorno, de nuestro hábitat, de nuestro hogar.
A veces, al atardecer, busco un lugar solitario y silencioso, y miro al norte con los brazos abiertos. Señalando con mi brazo izquierdo hacia el sol. Entonces cierro los ojos y me concentro en la madre Tierra que tengo bajo mis pies e intento sentirla a través de su movimiento, de su velocidad de rotación, que se me antoja trepidante. Pero nunca siento esos 1.675 kilómetros a la hora, equivalente a 465 metros por segundo. Reconozco haber medido esos 465 metros, con pasos grandes, en alguna ocasión, previamente a mi ejercicio de concentración mental para ayudarme a sentir ese movimiento, y aunque no lo consigo, puedo hacer el ejercicio de imaginarlo y resulta verdaderamente asombroso que la Tierra gire sobre sí misma a esa velocidad, hacia mi brazo derecho. Una velocidad mayúscula que no siento (la gravedad, la inercia...).

Pero me resigno tras un rato de intento de sentir ese giro. Entonces vuelvo a hacer el intento de concentración silenciosa y ciega. Con mis ojos cerrados pongo mi atención en mis pies, e intento sentir la velocidad a la que se mueve mi planeta girando alrededor del sol, e imagino esos 106.000 kilómetros por hora, 30 kilómetros por segundo. La distancia de mi casa a la de mi hermano, la que recorro en mi coche en treinta minutos, recorrida en un segundo, esa es la extraordinaria velocidad a la que la Tierra gira alrededor de la estrella que nos concede la vida cada día, situada a 150.000.000 de kilómetros de distancia media.
Pero tampoco he tenido nunca éxito con este intento mental/sensitivo de notar la velocidad de la Tierra. Muy a mi pesar.

Pero si asombrosas y casi increíbles son las velocidades a las que se mueve nuestro planeta azul, más lo son las velocidades a las que se mueve el sol alrededor de la Vía Láctea, que es de 792.000 kilómetros a la hora (220 kilómetros por segundo). A esta velocidad el Sol tarda 250 millones de años en dar una única vuelta. O la velocidad a la que nuestra Galaxia se aproxima a nuestra Galaxia vecina, Andrómeda, que es de 965.000 kilómetros/hora (aún así no colisionarán hasta dentro de millones de años).

La Tierra se encuentra a 28.000 años luz del centro de la Galaxia.
La velocidad de la luz es de 299.792.458 metros/segundo.
La luz del sol tarda 8 minutos y medio en llegar hasta nosotros.
Se calcula que en el Universo observable hay unos 500.000 millones de galaxias, con un promedio de 200.000 millones de estrellas a cada una.

Es cierto, son magnitudes para las que nuestro cerebro no está preparado, pero son reales, mensurables, y parte de nosotros.

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