lunes, 21 de marzo de 2011

¿Qué podría evitar el gran debate ético universal? Y algunos cambios en el Consejo de Seguridad de la ONU


No hay caminos para la paz, la paz es el camino.
Mahatma Gandhi S. XX d.C.

Los hombres matan más que la muerte
José Saramago S. XX d.C.


No hay unanimidad a la hora de dar una cifra de muertes en las dos guerras mundiales que llevamos a nuestras espaldas (no entraré en las guerras civiles que dejaron, algunas de ellas, tantos muertos como las mundiales).
Redondeando, se suele decir que la primera guerra mundial dejó 10 millones de bajas y la segunda unos 50 millones, que es, hablando en términos matemáticos, bien el múltiplo de la primera por cinco, o la mitad de su cuadrado, con lo que si extrapolamos estas formulas para hacer el cálculo de muertes que podrían producirse en la tercera guerra mundial, o bien nos sales 250 millones (50 por 5) o bien nos salen 1.250 millones (mitad del cuadrado de 50).
Es desde luego, una manera de solucionar el problema de superpoblación que tendremos en el futuro.

Para comprender nuestro presente también y la manera en que los humanos nos hemos organizado para evitar que esto no ocurra nunca, es necesario que analicemos siquiera brevemente cómo se organiza la seguridad mundial.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es el organismo de las Naciones Unidas encargado de mantener la paz y seguridad entre las naciones.
A diferencia de otras reparticiones de la ONU que únicamente pueden realizar recomendaciones a los gobiernos, el Consejo de Seguridad puede tomar decisiones (conocidas como "resoluciones") y obligar a los miembros a cumplirlas, de acuerdo a lo estipulado por la Carta de las Naciones Unidas.

El Consejo está conformado por 15 naciones, 5 permanentes y 10 temporales. Los cinco miembros permanentes son los Estados Unidos, la República Francesa, el Reino Unido, la República Popular China y la Federación Rusa. Los 10 miembros no permanentes son electos cada dos años como representantes regionales. La presidencia del Consejo se rota mensualmente de manera alfabética.

Cada miembro del Consejo tiene un voto. Las decisiones en general requieren del voto afirmativo de, al menos, nueve miembros. Sin embargo, los cinco miembros permanentes cuentan con derecho a veto, que significa que aunque 14 miembros de los 15 estén de acuerdo, la resolución no saldrá aprobada, lo que es, bajo todos los ángulos que se enfoque la eralidad, un procedimiento totalmente antidemocrático.

Por tanto, afirmo, una resolución de este Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenando la violencia, la tortura o la falta de libertades fundamentales en China es totalmente inviable.
A Libia no se le puede consentir que masacre a su propio pueblo (pocas veces se justifica la violencia, pero una de ellas es sin lugar a dudas el abuso de poder de los dictadores contra su propio pueblo), pero a los chinos parece que sí. El 20 de mayo de 1989, el Gobierno chino declaró la ley marcial y en la noche del 3 de junio, envió los tanques y la infantería del ejército a la plaza de Tian'anmen para disolver la protesta de su pueblo contra la dictadura ideológica de su gobierno, que es exactamente lo que está ocurriendo actualmente en muchos países árabes. Las estimaciones de las muertes civiles varían de 500 a 2.500. El número de heridos se estima entre 7.000 y 10.000.
Tras la infausta masacre, el Gobierno chino arrestó a cualquier persona que manifestase su disconformidad con la matanza o hablase en contra del gobierno y expulsó a la prensa extranjera, ¿os suena parecido a nuestro histórico presente?.
La cruel represión de la protesta de la plaza de Tian'anmen causó la condena internacional de la actuación del gobierno de la República Popular China, pero no hubo resolución del Consejo de Seguridad, vetada por el propio gobierno chino, y tan tranquilos todos. El mundo no podía actuar porque no había resolución. Es tan absurdo que cuesta creer que podamos consentirlo.

Es necesario, y desde aquí mando esta propuesta, una modificación democrática de este órgano internacional que vela por la seguridad mundial, donde tengan cabida más países (propongo 50 países que representen un amplio abanico de países, culturas, pueblos del mundo) y donde por supuesto ninguno de ellos tenga derecho a veto.


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