lunes, 7 de marzo de 2011

Telomerasa y senescencia o envejecimiento celular.


El primer deber del hombre es andar siempre adelante- Thomas Carlyle S. XIX d.C.

Sin comentarios personales en esta entrada, que prefiero sea leída como datos objetivos y científicos, sin subjetividades reflexivas.
Fuente wikipedia.

La Telomerasa es una enzima formada por un complejo proteína-ácido ribonucleico con actividad polimerasa que está presente en células de la línea germinal, en tejidos fetales y en ciertas células madre poco diferenciadas, y que permite el alargamiento de los telómeros. También se encuentra presente en organismos eucariotas unicelulares. La telomerasa es reprimida en las células somáticas maduras después del nacimiento, produciéndose un acortamiento del telómero después de cada división celular.

La Senescencia celular es el proceso por el cual, una célula adquiere con el tiempo o con sucesivas divisiones, la incapacidad de reproducirse. Hace más de 30 años, Hayflick observó la senescencia replicativa en fibroplastos mantenidos en placas de cultivo. Publicó que éstos dejan de dividirse tras unas 50 divisiones, manteniéndose metabolitamente activas pero sin ploriferar, hasta morir con el paso del tiempo. Esto puede ser debido al acortamiento de las regiones teloméricas.

Pruebas que relacionan la telomerasa y la senescencia

Recientes estudios con esta enzima han demostrado que la introducción de telomerasa en células somáticas produce la regeneración de los telómeros. Es decir, anula el proceso de envejecimiento y muerte celular. En 1998, Bodnar y col introdujeron en dos tipos de células humanas normales (telomerasa–negativas) el gen que codifica la telomerasa. En contraste con las células normales que mostraban senescencia y un acortamiento de los telómeros, los clones que expresaban la TERT mostraron telómeros elongados, se dividían vigorosamente y mostraron una reducción de la beta–galactosidasa, un biomarcador de la senescencia. Las células transformadas para expresar la TERT mostraron un cariotipo normal y su longevidad ha superado la normal en más de 20 divisiones.

Se ha demostrado que el acortamiento telomérico aumenta proporcionalmente con el número de divisiones o con la edad del organismo eucariótico. Además los enfermos con síndromes de envejecimiento prematuro presentan una acelerada pérdida de telomerasa.


Además de las anteriores, podemos concluir, a modo de resumen, una serie de pruebas generales que demuestran que el acortamiento de los telómeros está implicado en el envejecimiento y senescencia:


• Los telómeros se alargan durante el desarrollo temprano. En las células del embrión, los telómeros pueden llegar a ser más largos que los del cigoto debido a que la telomerasa está activa.

• La línea germinal presenta la telomerasa activa. Los gametos formarían un cigoto con una suficiente longitud telomérica para poder llevar a acabo su función proliferativa.

• Las células madre presenta telomerasa activa. Debido a la necesidad de autoperpetuación de las células madre, necesitan ser capaces de mantener los telómeros con una longitud adecuada para que no se produzcan daños en el ADN.

• El acortamiento telomérico de las células somáticas está relacionado linealmente con su capacidad proliferativa. Los telómeros de las células diferenciadas serán más cortos en células que se hayan divido más veces que los de células más jóvenes. Además, las células de organismos de edades más avanzadas se dividen menos veces que las células de organismos de menor edad.

• La células que han sufrido una transformación suelen presentar actividad telomerasa. Nos referimos a células transformadas en laboratorio para mantenerse indefinidamente en cultivos, y a las células cancerosas que también se autoperpetúan.

Esto podría traducirse a tratamientos con la telomerasa que evitarían por completo la muerte, tanto celular como del individuo, es decir, sería el fármaco que otorgaría la inmortalidad, salvo por un contratiempo: Al ser administrada telomerasa en seres pluricelulares complejos como los humanos o animales, la célula empieza a dividirse indefinidamente, es decir, crea un tumor maligno que se divide a gran velocidad, y, teniendo en cuenta que evita el envejecimiento pero no los demás males, provocaría la muerte por cáncer.


Estudios recientes sugieren que podríamos revertir el proceso de senescencia incrementando de forma artificial la cantidad de telomerasa en nuestras células. Incluso se podrían revertir algunas atrofias de nuestros tejidos debidas a la vejez, induciendo la síntesis de telomerasa. Sin embargo hay que considerar una consecuencia indirecta de alterar los genes de la inmortalidad celular: el cáncer, ya que las células cancerosas, a diferencia de las células somáticas normales, no tienen senescencia tras un número definido de divisiones.


Estudios demuestran que cuando se estimula la actividad telomerasa y se inactiva un gen supresor de tumores (el gen p16INK4a) se produce inmortalización celular, lo cual constituye un importante paso hacia la formación de un tumor.

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