jueves, 9 de junio de 2011

Tengo un sueño sobre la salud de los niños- Hospitales pediátricos públicos en todos los países del mundo.



Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.
Paulo Coelho- contemporáneo


Tengo un sueño en el que todos los niños del mundo reciben una adecuada atención sanitaria.
Tengo un sueño en el que toda madre preocupada por la enfermedad de alguno de sus pequeños puede acercarse a un hospital, donde le realizarán todas las pruebas médicas necesarias para su diagnóstico.

En mi sueño, también, cada niño diagnosticado y con necesidad quirúrgica, es operado de inmediato en hospitales gratuitos donde recibe la mejor ayuda profesional y una atención humana conmovedora.

En mi sueño, los niños que necesitan medicamentos para curarse, o para seguir vivos, los reciben sin coste alguna para la familia y no es necesario dejar de comprar comida para poder adquirir unos antibióticos.

En mi hermoso sueño no es necesario comprar la sangre que el niño va a necesitar durante su operación. Ni tampoco hay que pagar la comida en los hospitales. Ni el suero, ni la anestesia, ni las vendas, ni...

Tengo un sueño en el que los gobiernos del mundo deciden ocuparse de verdad de la salud de TODOS nuestros niños. Igual que el resto de los animales cuidan de sus cachorros.

En mi sueño, nuestros gobernantes deciden construir grandes hospitales pediátricos en cada país del mundo, para que todos los niños puedan ser atendidos, diagnosticados, operados y curados.

En mi sueño, todos los que están dormidos se despiertan y sueñan conmigo que es posible, y echan cuentas y comprueban que no costaría tanto, y el beneficio para los niños del mundo sería extraordinario.

Tengo un sueño de esperanza e ilusión, en el que un gran pacto social mundial garantizará la paz durante al menos un año, y con el ahorro del coste de las guerras, se construirán centenares de hospitales pediátricos por todo el mundo en desarrollo, porque el cuarto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio es reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad de los niños menores de cinco años.

Pero despierto y mi niña tiene fiebre, y quisiera llevarla a algún sitio para que le hagan pruebas y la curen, pero no tengo dinero para el análisis de sangre que necesita, ni para comprarle las pastillas que le bajarán la temperatura.

Así que le canto bajito para que se duerma.

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