viernes, 24 de junio de 2011

Origen mitológico de las religiones dhármicas orientales


El pensamiento que no se decapita desemboca en lo Transcendental.
Theodor Adorno S. XX d.C.


Estos son los orígenes mitológicos de las religiones dharmicas orientales sobre los que se asientan las creencias presentes de 2.500 millones de personas (Hinduismo, budismo, jainismo, brahmanismo y sijismo).


Tras cada muerte el Iama es quien juzga nuestro karma (actos, palabras y pensamientos de la vida). Iama es el señor de la muerte.


Iama en los «Vedas» (primeros textos religiosos dhármicos, postprehistóricos) es el primer ser mortal. Había nacido de Vivasvat (el dios del Sol) y de su esposa Saraniú. Su hermano, el séptimo Manu, otra forma del primer hombre, es hijo de Vivasvat con su esposa Samguiá, quien era el reflejo o la sombra (chaia) de Saraniú. Al morir, debido a que fue el primero en llegar al Cielo, se le nombró líder de los muertos (todavía no los juzgaba).


Tiene dos perros guardianes de cuatro ojos, llamados Shabala con manchas de colores.


Su hermana Iamī es su melliza, que fue la primera mujer. Iamau mithunau quiere decir ‘dos gemelos de distinto género’. El décimo mándala (capítulo, círculo) del Rig-veda contiene un himno (10, 10, 14) en el que ambos se cantan uno al otro. Iama resistió los avances sexuales de su hermana (el primer incesto). Después de que él murió, ella lo lloró tanto que los devas —para hacerle olvidar su dolor— crearon la noche.


En los Vedas, Iama es llamado “rey” (samgamano yananam: ‘el que reúne a la gente’) y dirige bondadosamente sobre los antepasados muertos (pitri), cuyo camino está custodiado —para evitar que entren los vivos— por dos perros manchados (de cuatro ojos y amplio hocico), vástagos de Śaramā y parecidos al can Cerbero griego de tres cabezas.


En la mitología posvédica, su hermana Iamí es conocida también como Iamuna (el larguísimo río Yamuna, paralelo al Ganges).


En sánscrito, la palabra iama no sólo significa ‘mellizo’, sino también ‘prohibición’ y ‘restricción’ (como en el iama y el niiama del yoga). Así que gradualmente en la mitología puránica, Iama empieza a aparecer como Iámarash (el rey de la prohibición) y como Dhármarash (rey del deber) o Dharma (la personificación del dharma, ‘deber o religión’).


Es el castigador de los muertos, y es quien mide la balanza del karma. Vive en una región del inframundo llamada Iamapura (‘ciudad prohibida’).


Cuando un alma abandona su cuerpo, se encuentra con Iamarash. El contador Chitra Gupta lee un informe acerca de todas las actividades de esa alma en particular, que están registradas en un libro llamado Agra-samdhana (agra: ‘principio’, sam-dhānā: ‘reunión, poner todo junto’). Luego Iamarash da su justa sentencia inapelable.


En el Majábharata se describe a Iama con ropajes color rojo sangre, cuerpo brillante, corona sobre la cabeza, ojos relampagueantes. Como Varuna (el anterior rey de la muerte védico) lleva en su mano un lazo (con el que ata al alma luego de arrancarla del cuerpo) del tamaño de un pulgar humano. También se lo representa con gesto severo, de piel verde, vestido de rojo, montado sobre un búfalo. Sostiene una maza de oro en una mano y el lazo de la muerte en el otro.


Su morada se llama Iamaloka (‘el planeta de Iama’) o Kshaia (‘desgaste, destrucción’).


En las mitologías más modernas (por ejemplo, el Bhágavat-purana, del siglo XI d. C.) se lo presenta siempre como una deidad terrible, que inflige torturas inimaginables (llamadas yātanā) a las almas en el infierno.


En la mitología griega el papel de Iámarash correspondería al de Plutón y Minos.


Iama podría ser uno de los dioses más antiguos del mundo, porque se han encontrado dioses parecidos de uno u otro tipo por toda Eurasia:


• Yima en el zoroastrismo persa.
• Yan-luo (traducción al chino del término sánscrito Iama Rash (rey Iama).
• Enma (Iama), Emma-O (rey Iama) o Enma Dai-Ō (‘gran rey Iama’), en la mitología japonesa.
• Algunos incluso creen que también comparte las mismas raíces mitológicas de Abel (el segundo hijo de Adán, asesinado por su hermano mayor Caín).
• Iama es venerado en Tíbet como guardián del ejercicio espiritual, y fue probablemente venerado aun antes del siglo VII, cuando Tíbet se convirtió desde el bön al budismo.
Iamī es la diosa de la muerte y reina sobre las almas de las mujeres en el submundo (Naraka). Es la consorte de Iama, el señor del inframundo.
• Ymir (de la mitología escandinava). 


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