Una religión se acredita como verdadera y buena en la medida en que sirva a la humanidad y consiga fomentar con su doctrina y costumbres, con sus ritos e instituciones, la verdadera identidad, sensibilidad y veracidad del hombre, posibilitándole el logro de una existencia rica y llena de sentido
Hans Kung S. XX d.C.
Si te paras un rato a pensarlo, cuesta encontrar aspectos de la vida que no sean bipolares. No es fácil encontrar realidades que no tengan su contrario.
Y no me ciño con esta afirmación a determinados aspectos del mundo, del hombre o la vida, sino que generalizo a cualquier cosa que pueda observarse, imaginarse o diferirse.
Todo tiene su contrario.
Alto-bajo, blanco-negro, calor-frío, norte-sur, cielo-tierra, seco-húmedo, filántropo-misántropo, bien-mal, corto-largo, humano-inhumano, paz-guerra, laico-religioso, profundo-superficial, derecha-izquierda, república-monarquía, racional-irracional, rico-pobre, listo-torpe, hombre-mujer, cielo-infierno, vivo-muerto, doloroso-indoloro, turbio-claro, consciente-inconsciente, antiguo-moderno, verdad-mentira, alegría-tristeza...yo hoy ando un poco triste.
Creo que nuestra mente está genéticamente diseñada para dividirlo todo en dos, y quizás, a veces, crear una escala de grises entre ambos opuestos.
Pero lo curioso no es que nuestra mente cree bipolaridad en todo lo que le rodea. Lo verdaderamente curioso es que nosotros mismos también somos bipolares. Los seres humanos, quiero decir, formamos grupos culturalmente bipolares, nuestras formas de enfocar la vida es bipolar, nuestras reflexiones diferentes y nuestra manera de imaginar el mundo del más alla, contraria. Incluso nuestra forma de entender el trabajo, transmitir conocimiento o enfrentarnos al tiempo.
Miles de millones de personas de Occidente, de medio mundo, entendemos y vivimos la vida, pensamos, tomamos decisiones o rezamos, de una manera completamente diferente a como la entiende y vive otra media parte del mundo, Oriente.
Profundizaremos en ello y trataremos de comprenderlo, porque es importante.
OCCIDENTE
ORIENTEOCCIDENTE
Acción-reacción
Meditación-contemplación
Dualidad
No dualidad
Egocentrismo
Retracción del yo
Expresión oral
Apagarse en el silencio
Identificación
Observación
Información
Transformación
Manifestación-forma
Vacuidad
Ser eterno e inmutable
Movimiento, constante devenir
Teoría
Práctica
Tiempo
Presente eterno
Imposición
No-violencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario