lunes, 27 de septiembre de 2010

¿Por qué los orientales tienen ese sentido de entrega a su país, gobierno e incluso empresa?



Eres humano si practicas cinco cosas en el mundo: respeto, magnanimidad, sinceridad, agudeza y generosidad. Si eres respetuoso, no serás menospreciado. Si eres magnánimo, te ganarás a la gente. Si eres sincero, serás alguien digno de confianza. Si posees agudeza, tendrás éxito. Si eres generoso, serás capaz de ofrecer trabajo a los demás.
Confucio. S V a.C.


Es posible que el confucianismo no deba ser considerado una religión, pero desde luego cuando uno se pregunta por esa manera un tanto "diferente", a ojos occidentales, de entregarse a la empresa, al gobierno y al país, y pretende encontrar sus orígenes, no cabe otra salida que acudir al bueno de Confucio y a su enorme influencia en la manera de pensar oriental.



El confucianismo afirma que no basta con cumplir con los deberes personales y familiares, porque cuando alguien puede ser útil en el desempeño de un cargo público, falta a su deber si se aleja de la política.



Respecto a su vertiente religiosa, debe advertirse que el confucianismo sólo se desarrolló y expuso como una doctrina religiosa mucho tiempo después de la muerte de Confucio y, al parecer, por intereses creados y prescindiendo de la auténtica obra del maestro.



Pese a su influencia en muchas actitudes religiosas, el confucianismo debe considerarse más bien una doctrina ética; y pese a que en ella se tenga en cuenta la existencia de un principio regulador del universo y de un ser supremo, los conceptos básicos de la doctrina son esencialmente referentes al ser humano y a cómo debe relacionarse con sus semejantes. Confucio fue mucho más un humanista que un místico.



El confucianismo, según enseñó su fundador, no es una religión en el sentido tradicional. Es un código ético. La cultura china estaba imbuida de la religión del animismo, la creencia de que los dioses y espíritus viven en las formaciones naturales. Junto con una cosmovisión animista, existía la creencia en el culto a los ancestros. Los espíritus de los muertos debían ser honrados y cuidados por los familiares vivos.



Sin embargo, en sus enseñanzas Confucio evitó los temas espirituales. Se le puede clasificar como un agnóstico que creía en los espíritus y lo sobrenatural, pero que no estaba interesado en ellos. Tenía una perspectiva humanista y racionalista. "Su posición en asuntos de fe era ésta: todo lo que parecía contrario al sentido común en la tradición popular y todo lo que no servía algún propósito social capaz de ser descubierto, lo consideraba fríamente". La respuesta a los problemas culturales y sociales se encontraban en la humanidad misma y no en nada sobrenatural.

 

SU VIDA

Confucio 551 a. C. - 479 a. C.) fue un filósofo chino, es una de las figuras más influyentes de la historia china. Las enseñanzas de Confucio han llegado a nuestros días gracias a las Analectas, que contienen algunas de las discusiones que mantuvo con sus discípulos



Confucianismo o Confucionismo, es el principal sistema de pensamiento en China; se desarrolló a partir de las enseñanzas de Confucio y sus discípulos, y tenía que ver con los principios de la práctica del bien, la sabiduría empírica y las propias relaciones sociales. El confucianismo ha influido en la actitud china ante la existencia, fijando los modelos de vida y pautas de valor social, y proporcionando la base de las teorías políticas e instituciones chinas. Desde China se extendió a Corea, Japón y Vietnam y en las últimas décadas ha despertado interés entre los eruditos de Occidente.



Aunque el confucianismo llegó a ser la ideología oficial del Estado chino, nunca ha existido como una religión establecida con una iglesia y un clero. Los eruditos chinos alabaron a Confucio como gran maestro y sabio, pero nunca lo adoraron como a un dios. Confucio tampoco se proclamó a sí mismo una divinidad. A diferencia de las iglesias cristianas, los templos erigidos en honor a Confucio no eran lugares en los que grupos organizados se reunían para alabarle, sino edificios públicos diseñados para ceremonias anuales, en particular el cumpleaños del filósofo. Varios intentos para divinizar a Confucio y ganar adeptos al confucianismo fracasaron debido a la naturaleza secular de su filosofía.



Siendo aún joven, trabajó para la administración del Estado de Lu. Su primer trabajo fue en los graneros estatales y llegó a alcanzar el rango de Ministro de Justicia. Dimitió del cargo años más tarde, ya que no estaba de acuerdo con la política que seguía el príncipe.



A los 50 años empezó sus enseñanzas. Viajaba solo de un lado a otro instruyendo a los contados discípulos que se reunían en torno a él. Su fama como hombre de saber y carácter, con gran veneración hacia las ideas y costumbres tradicionales, pronto se propagó por el principado de Lu, y luego a toda China.



Por este motivo instruía a sus estudiantes en los clásicos de la literatura china. También subrayó la importancia de la música china, que en aquella época tenía funciones ceremoniales y religiosas en las prácticas del Estado y del culto. Propugnó el gran valor del poder del ejemplo. Los gobernantes, decía, sólo pueden ser grandes si llevan vidas ejemplares y se guían por principios morales. De esta forma, los ciudadanos de sus estados tendrían el necesario estímulo para alcanzar la prosperidad y la felicidad.



Filosofía

La esencia de sus enseñanzas se condensa en la buena conducta en la vida, el buen gobierno del Estado (caridad, justicia, y respeto a la jerarquía), el cuidado de la tradición, el estudio y la meditación. Las máximas virtudes son: la tolerancia, la bondad, la benevolencia, el amor al prójimo y el respeto a los mayores y antepasados. Si el príncipe es virtuoso, los súbditos imitarán su ejemplo. gobernante/súbdito, marido/mujer; padre/hijo. Una sociedad próspera sólo se conseguirá si se mantienen estas relaciones en plena armonía. La base de la doctrina confuciana es recuperar a los antiguos sabios de la cultura china e influir en las costumbres del pueblo.



Podemos resumir la doctrina confuciana en una serie de mandatos que deberían ser los principales deberes de todo hombre de gobierno:



1. Amar al pueblo, renovarlo moralmente y procurarle los medios necesarios para la vida cotidiana.

2. Por este motivo, debe servirse en primer término con soberano respeto a Aquel que es el Primer Dominador.

3. Cultivar la virtud personal y tender sin cesar a la perfección.

4. En la vida privada como en la pública, observar siempre el sendero superior del “Justo Medio”.

5. Tener en cuenta las dos clases de inclinación propias del hombre: unas proceden de la carne y son peligrosas; las otras pertenecen a la razón y son muy sutiles y fáciles de perder.

6. Practicar los deberes de las cinco relaciones sociales (explicadas más abajo).

7. Tener por objeto final la paz universal y la armonía general.



Estas relaciones tienen, además, una característica principal: el superior tiene la obligación de protección y el inferior, de lealtad y respeto. En último término, todas las personas están sujetas a la voluntad del Cielo (tiamchi; t’ien-chih), que es la realidad primera, la fuente máxima de moralidad y de orden. El Emperador gobernaba por mandato del Cielo.



No obstante, todo lo que Confucio quiso llevar a cabo no era nuevo, sino que correspondía, como él mismo confesaba, a lo ya dicho por una larga tradición de sabios. Sus ideas estaban basadas en una herencia espiritual que la escuela de los ru o letrados, y más concretamente el mismo Confucio, habían compilado y sistematizado de forma sublime.



Como para la mayor parte de sus contemporáneos, los confucianos ven al cosmos como algo armónico que regula las estaciones, la vida animal, la vegetal y la humana. Si esta armonía era trastornada, habría graves consecuencias. Un ejemplo común que utiliza el confucianismo es el del mal gobernante que conduce a su pueblo a la ruina mediante su conducta.



El mal gobierno contraría el orden natural y viola el Mandato del Cielo. El gobernante que se conduce así pierde su legitimidad y puede ser depuesto por otro que recibirá este mandato.



El confucianismo ve solamente al hombre realizado en tanto ser social que ocupa un puesto y desempeña una función, no como un ser aislado. En la idea confuciana de la sociedad utópica, la jerarquía no es sólo social, sino también moral. En la China antigua, la familia no era un núcleo reducido, sino un gran clan, muchos de sus miembros vivían bajo un mismo techo, reconocían un antepasado en común y mantenían vínculos con otros grupos del mismo origen.



Una familia así era una prefiguración del Estado. Así, la familia era vista como un pequeño reino con jerarquías, protocolos y métodos de gobierno, y el Estado como una gran familia en la que debe haber afectos, relaciones y obligaciones morales. En la familia, los miembros están jerarquizados mediante un complejo sistema. Para el confucianismo, el aprecio, el amor y las relaciones que había entre los miembros debían estar graduadas según cada persona, su puesto, etc.



El aprendizaje del hombre superior se iniciaba en la familia y dificultosamente podrá el hombre gobernar el Estado si no puede gobernar primero su familia.



A pesar de lo dicho anteriormente, para los confucianos todos los hombres son de naturaleza básicamente igual, independiente de su posición o lugar de nacimiento. Pero no pueden mantenerse iguales ya que sería perjudicial para el buen funcionamiento social.



Métodos del confucianismo

Los medios para alcanzar la máxima excelencia o Zhi shan eran dos: el estudio y la introspección, entendida como un mirar hacia dentro, es decir, el conocimiento pleno de uno mismo.



El estudio de textos antiguos y de las lecciones de los sabios y la naturaleza es la base de la mejora individual. Además, sirve como soporte para la introspección porque el hombre debe ver que hay de bueno dentro de sí y desarrollarlo. La bondad natural humana, capital en las enseñanzas de Mencio, parte del mismo principio de que lo bueno se encuentra dentro del hombre y que debe ser descubierto usando la introspección. Así, un hombre superior podrá obtener Ren y Li.



También el confucianismo da gran importancia a los ritos. Al ser una forma de conservar el pasado mítico que fue legado, el confucianismo apoya que se los siga practicando y les da nuevos valores. Eran vistos por los confucianos como un símbolo de jerarquía y poder. Además, son un método de autodisciplina y dominio de uno mismo, al hacer que el individuo deba realizar algo de una manera precisa.



Los ritos garantizan que la sociedad y el Estado funcionen correctamente, ya que las



Después de su reformulación como neo-confucianismo de Zhu en el s. XI, con Wang Yangming y otros neoconfucianos, también se aceptó como filosofía de estado en Corea y Japón. A Corea con la dinastía Chosun se le ha llamado un «estado confucianizado».

 

En el año 422, es decir, cerca de mil años después de la muerte de Confucio, un emperador chino hizo construir un templo junto a la tumba del filósofo, y de este modo comenzó a desarrollarse un culto que se consolidó con nuevos homenajes oficiales y llegó hasta las masas populares para determinar el nacimiento de una secta religiosa con independencia de las doctrinas confucianas. Confucio se erige en símbolo del odio a extranjeros y cristianos, a pesar de que el filósofo claramente predicó que "los hombres de países extraños y lejanos deber ser acogidos con cortesía, y así recibirán los pueblos de las cuatro partes de la Tierra riquezas y bienes". En realidad, sobre los dogmas del confucianismo prevalece una orientación política que los emperadores tuvieron interés en arraigar, colocándola bajo la advocación de Confucio y prescindiendo de sus enseñanzas. El confucianismo como credo religioso admite una trinidad compuesta por el cielo, la tierra y el hombre, y el culto oficial comprende tres grados de sacrificios que se ofrecen a la divinidad, a Confucio, a los dioses de la tierra y al grano, a los espíritus de los hombres célebres, y a las nubes, la lluvia, los ríos, las montañas y los mares.



La mayoría de las personas de ascendencia asiática tal vez no sean adherentes estrictos al confucianismo, pero todas están influidas por su filosofía.

Y ésta influye en el mundo. E Influirá en su futuro y en las decisiones a tomar.


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