sábado, 8 de septiembre de 2012

Interminable futuro, breve pasado.



Vista con la perspectiva de la juventud, la vida es un largo e interminable futuro; con la de la vejez, es un breve pasado- Schopenhauer S. XIX d.C.

Creo que el ser humano comete un tremendo error cíclico-histórico una y otra vez, generación tras generación, hombre tras hombre, pensador tras pensador. Y es el error de intentar encontrar las respuestas por nosotros mismos, sin prestar demasiada atención, o al menos sin considerar su pensamiento como posibles respuestas definitivas, a sabios anteriores que nos precedieron y que dedicaron su vida al mismo objetivo que nosotros, comprender la vida.
Nos equivocamos al comenzar una y otra vez de cero, como si los eminentes ilustrados que nos precedieron, no hubiesen podido llegar, con sus obsoletos métodos intelectuales (sentados con la mano en el mentón, ¡qué anticuado! Nosotros pensamos mucho mejor en el siglo 21, ¿o quizás no?), a ninguna conclusión definitiva que nosotros sí podremos conseguir.
Hago un humilde llamamiento desde este pequeño blog para que el aforismo de Schopenhauer sea expuesto en todas las aulas del mundo. Para que nuestros niños-adolescentes-jóvenes no tengan que vivir siete u ocho décadas para darse cuenta de la verdad de estas palabras.
Con esta información, verificada y vivida por el filósofo, y que nos transmite gratis desde el pasado, para que vivamos nuestras vidas con menos desatino, no tendríamos que vivir nuestra propia vida para llegar a esa conclusión y lamentarnos de lo que quisimos que fuese y no fue, de lo que deseamos hacer y no hicimos, de lo que quisimos amar, y dejamos para más adelante. Por eso es importante que abramos nuestra mente a los sabios pretéritos y absorbamos de ellos el néctar de su sabiduría, las respuestas alcanzadas tras muchas vidas de reflexión anterior, como la nuestra actual.
Sabiendo que la vida es un corto pasado, y sabiéndolo pronto, cuando todavía el futuro se nos dibuja, hipócrita y mentiroso, como extenso e inacabable, quizás tengamos mayor criterio para ser y hacer lo que realmente queremos ser y hacer. Para construirnos. Para cambiar el mundo. Para qué sé yo, quizás para intentar ser felices ahora, y no dejarlo para un poco más tarde.

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