miércoles, 24 de agosto de 2011

Ahora y siempre, siempre y ahora.



Pobre no es el hombre cuyos sueños no se han realizado, sino aquel que no sueña.
Marie Von Ebner  S. XIX d.C.

El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va.
Antoine de Saint-Exupéry S. XX d.C.


Sí, liberados de la carga de las consecuencias de nuestros actos, de lo que habrá de pasar, de lo que vendrá después, del eterno futuro a cargo de nuestro efímero presente. Liberados del temor, del miedo, del juicio, del otro futuro. 

Ahora nos pertenecemos a nosotros mismos.

Somos libres.

Podemos pensar en nosotros ahora y aquí. Dedicarnos a nosotros mismos. Ser nosotros. Complacernos.

Podemos perseguir nuestros sueños más allá de sus consecuencias. Somos conscientes de la brevedad de nuestra existencia, nuestra única vida, nuestra única oportunidad de ser felices, de hacer felices a los que amamos, de compartir ilusiones, de sonreír cada momento, de emocionarnos con un cuadro o con el vuelo de una mariposa, de soñar con valentía y decisión.

No habrá nuevas oportunidades de amar hasta que nos duela el corazón. Ni de compartir momentos. Ni de intercambiar palabras, ni de ser creativo, ni de ser generoso, ni de caminar despacio por una playa desierta, ni de ser feliz.

Querido hermano, querida hermana, detente unos segundos y obsérvate. Tu vida, tu gente, tu día a día, tu pasado, tu camino, tu futuro...y elígete...toma las riendas de tu vida. Sé quién deseas ser. Ahora.

Ha llegado tu momento, éste es mi mensaje. 

Ha llegado el momento de los hombres. 

Ha llegado la hora de la hermandad y de cada uno de nosotros.

Se acabaron los tiempos del miedo y la incertidumbre. 

Es tu tiempo, mi amor, nuestro tiempo.

Ahora y siempre. Siempre y ahora.

Nuestro eterno y efímero tiempo.

Único y sólo nuestro, sólo tuyo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario