lunes, 31 de mayo de 2010

Supervivencia



Existir es comprenderse o interpretarse en el mundo
Gadamer, S. XX d.C


Lo único común a todos los seres vivos de la Tierra es el instinto de supervivencia genético que todos albergamos en algún lugar de nuestra cadena de ADN.

El samurai pescaba plácidamente a la orilla del río.
Quizás no fuese una pesca tan plácida, ya que llevaba varios días sin comer y su estómago impacientaba el placer de la pesca y exigía una pronta finalización de aquel periodo de ayuno.

Algunas horas después algo picó en el anzuelo y tiró con fuerza y ansiedad intentando evitar lo que parecía inevitable.
La lucha duró unos minutos pero se desequilibró, como es natural en estos casos, a favor de nuestro amigo el samurai que al poco sacó a la orilla un hermoso ejemplar y comenzó ya a visualizarlo sobre el fuego.

Todavía coleaba la presa sobre la orilla cuando de la maleza surgió un gato salvaje, tan hambriento o más que el samurai, que de un salto veloz intentó coger el pez entre los dientes y salir corriendo.

El acto del samurai fue más instintivo que racional, pues en apenas un segundo había tomado su espada y cortado la cabeza del gato, quien al sentir cómo la vida se le separaba en dos, emitió un desgarrador sonido de muerte.

Aquel grito de exhalación de aliento fue tan terrorífico que el samurai se quedó petrificado.
El grito comenzó a repetirse una y otra vez en su mente, una y otra vez, una y otra vez.

Por supuesto no pudo comerse aquel pez y continuó ayunando, pero el problema fue mayor al darse cuenta de que tampoco pudo dormir, ni pudo descansar en todo el día siguiente, ni pudo practicar sus artes marciales, ni meditar, ni nada de nada.
El samurai sólo tenía una cosa en la cabeza, el grito horrible del gato al morir.
Repetidamente en su mente. Aquel grito le obsesionó tanto que tomó la decisión de ir a explicarle la situación a su maestro samurai.

El sabio maestro escuchó en silencio el relato y quedó en silencio un buen rato después del mismo.
Nuestro protagonista esperaba también en silencio y expectación sus palabras, con el deseo ferviente de que se le ocurriese alguna solución para aquel terrible problema.

Pero el maestro no encontró solución alguna:
-No puedo ayudarte con este gran problema que te asola, -le dijo-, lo único que puedo hacer es ayudarte a morir para que de una vez por todas ese grito que tienes en tu cabeza te deje descansar.
Arrodíllate-continuó- y déjame tu espada para que pueda separar también tu cabeza de tu cuerpo y de esta manera liberarte.

El samurai quedó perplejo durante unos instantes pero al poco comprendió que su maestro tenía razón, como siempre, y que aquella era la única solución.
Así que resignado se levantó, entregó su espada a su maestro y ceremoniosamente se arrodilló para ser decapitado.

El maestro se acercó a él, levantó sus brazos sobre su cabeza preparándose para asestar el golpe, y cuando ya bajaban con fuerza para cortar la cabeza de su pupilo, se detuvo al escucharle decir:

-Espera, espera, maestro. Mi problema parece haberse solucionado de repente. Ya no escucho ningún grito. Sólo escucho el sonido de una espada cortando el viento.

Cuento oriental anónimo

sábado, 29 de mayo de 2010

Zoroastro-Zaratustra




El verdadero infierno es el miedo al castigo de los crímenes durante la vida.
Epicuro, S. IV a.C.


Son pues obras meritorias proteger las vacas, y lo mismo todos los animales útiles a la economía doméstica. Como es meritorio beneficiar campos incultos, labrar la tierra, trazar canales, tener un orden y hacer florecer los jardines y campos, engendrar hijos fuertes y robustos. Obras meritorias son combatir todo lo que destruye la vida y por tanto los animales de rapiña, los hombres que viven de la piratería, muerte, enfermedad o flaqueza.
Zoroastro



Esta curiosa manera de los blogs de introducir información poco a poco me recuerda a la manera de pintar sus cuadros de los impresionistas, con pequeñas pinceladas a las que van dando forma para construir sus obras de arte.

La historia nos ha ido construyendo igual, a pequeñas pinceladas que nos han dado forma.

Yo, modestamente, pretendo con mis pequeñas pinceladas, mostrar, en un primer momento, quiénes somos, cómo somos y por qué somos así. Después daremos otros pasos que poco a poco darán forma a nuestro presente.

Sobre este lienzo hemos dado alguna pincelada sobre el nacimiento del Universo, de la Vida, de nuestra hominización y sobre nuestra manera de organizarnos política y económicamente. Volveré sobre cada una de ellas cuando hayamos reconstruido el proceso histórico completo que nos ha configurado, y analicemos nuestro presente y nuestro futuro.

Ahora es el turno de nuestra cultura y creencias. Y creo que pocos personajes históricos han influido tanto en la manera de pensar de la humanidad que un, a mi modo de ver, personaje olvidado por la historia, llamado Zoroastro (en griego) o Zaratustra (castellanizado) (El Zaratustra de Nietsche no es este personaje).

Hay discrepancias sobre el lugar de nacimiento de Zoroastro. Según algunas corrientes nació en Rhages (cerca de Teherán, en Irán), según otras en Afganistán o Kazajistán.
Vagas referencias a otros personajes coetáneos o posteriores, estiman que nació entre el principio del primer milenio y el siglo VI a. C.
Pertenecía a una tribu nómada dedicada al pastoreo. Su pueblo sufría los ataques y robos permanentes de ladrones que vivían aprovechándose de su trabajo honrado y en paz.
Un día Zaratustra tuvo un encuentro directo con Dios, y éste le contó en primera persona cómo estaba organizado el mundo celestial y cómo deberían comportarse los hombres.
Ahura Mazda es su dios principal (la religión que surge de este encuentro se llama Mazdaismo y todavía hay miles de personas en India e Irán que la profesan).
Zaratustra predicaba un dualismo basado en la batalla entre el Bien y el Mal, la Luz y las Tinieblas. El principio de Zaratustra es que existe un espíritu Spenta Mainyu, identificado posteriormente como Ahura Mazda u Ormuz, y un espíritu malvado Angra Mainyu asimilado a Ahriman, su hermano gemelo, opuestos, representando el día y la noche, la vida y la muerte. Estos espíritus coexisten en cada uno de los seres vivientes.
Pero no sólo en cada uno de los seres vivientes, sino que existen también en lugares diferentes y donde cada uno de nosotros puede ir tras la muerte dependiendo de nuestros actos de vida.
Es central en el zoroastrismo el énfasis en la elección moral, de la vida como batalla por acercarse o alejarse del bien. Los humanos son responsables de su situación, y deben actuar para cambiarlas. La recompensa, el castigo, la felicidad dependen de cómo las personas vivan su vida. El bien transpira de aquellos que actúan correctamente, y los que actúan mal se dirigen hacia su ruina moral. La moral zoroastrista se resume en la frase buenos pensamientos, buenas palabras, buenos actos.

Zoroastro contó a sus contemporáneos los que Dios le había transmitido. Habló por primera vez del infierno de las almas. Habló por primera vez en la historia de la humanidad de ángeles, arcángeles y demonios. Y del Juicio Final. Y de los pecados en vida y el destino de nuestra alma tras la muerte en función de nuestros actos en vida. Y habló también de la resurrección de los hombres tras la caída final del mal.

Algunos estudiosos creen que un buen número de elementos de la escatología, soteriología, angelología y demonología del judaísmo, una influencia clave en el cristianismo, tiene su origen en el zoroastrismo, y fue transferida al judaísmo durante la cautividad babilónica y la era persa. También es influencia de Zoroastro , la personificación del mal en la efigie de la serpiente y la oscuridad, y de Dios en la luz.
El zoroastrismo posee una importancia única en la historia de las religiones a causa de sus enlaces con las tres religiones abrahámicas (Judaismo, Cristianismo e Islamismo) y su influencia Oriental Dhármica.

¿Qué es el Dharma para las grandes ideas filosófico religiosas orientales?
En el hinduismo, el dharma es la ley universal de la naturaleza, ley que se encuentra en cada individuo lo mismo que en todo el universo. A nivel cósmico esta ley se concibe manifestada por movimientos regulares y cíclicos. Por este motivo se simboliza al dharma como una rueda (dharma-chakra) que torna o gira sobre sí misma. Este símbolo es el que se encuentra en la bandera de la India.
A nivel del individuo humano, el dharma adquiere una nueva acepción: la del deber ético y religioso que cada cual tiene asignado según su determinada situación de nacimiento.

En el Budismo la noción del dharma es entendida como doctrina. Es una de las llamadas tres joyas o tesoros del budismo junto con Buda y Shanga.
Es por esto que la mención de la palabra dharma es frecuente entre los budistas, ya que constituye uno de los principales elementos de la llamada «fórmula del triple refugio»:
En la shanga [‘comunidad’] me refugio
en el dharma [‘doctrina’] me refugio
en el Buda me refugio
y por ellos actúo.

El hinduismo cree en 21 infiernos en los que se pueden reencarnar los que han cometido faltas mortales. Y en él caen «los hombres de naturaleza demoníaca» hasta ser aniquilados.
El budismo reelaboró la doctrina hinduista y su ortodoxia prevé esferas infernales en las que pueden reencarnar los mortales agobiados por un mal karma (deudas vitales, elecciones incorrectas...).

La influencia de sus ideas como observamos es enorme. Nuestra conciencia y moralidad se ha construido sin lugar a dudas en base a aquel encuentro divino en el que Dios le dijo a Zoroastro lo que estaba bien y lo que estaba mal. Y Zaratustra le dijo a los ladrones que sus actos no estaban bien y podían condenarse eternamente a un infierno horrible donde pasarían la eternidad sufriendo penas espantosas.
Y después de decírselo a los ladrones que esquilmaban sus rebaños, se lo contó a algunos reyes de la época que le escucharon, y…

Debemos por tanto a Zoroastro 3.000 años de ansiedad y miedo. Una concepción dicotómica de nuestros actos, en buenos o malos. Y un infierno horrible que amenaza nuestras decisiones, y nuestra vida terrenal y espiritual.

Juan Pablo II dijo: Las imágenes con las que la Sagrada Escritura nos presenta el infierno deben ser rectamente interpretadas. Ellas indican la completa frustración y vacuidad de una vida sin Dios. El infierno indica más que un lugar, la situación en la que llega a encontrarse quien libremente y definitivamente se aleja de Dios, fuente de vida y de alegría.

El Credo Católico dice
“Creo en la resurrección de los muertos”
“Subió a los cielos, y está sentado a la derecha del Padre Todopoderoso. Desde ahí ha de venir a juzgar a vivos y muertos”

jueves, 27 de mayo de 2010

Libertad y verdad


Descubrimos la verdad a través de la libertad, y es ella la que nos hace verdaderamente libres.
Profesor López Aranguren S. XX d. C.

Se ha interiorizado hasta tal punto la insuperabilidad del liberalismo realmente existente que cualquier alternativa al mismo suele leerse en términos de ingenuidad teórica o de irresponsabilidad práctica.
Fernando Quesada- Contemporáneo- Profesor de Filosofía Política



Quizás estemos cerca de la libertad, al menos algunos afortunados que vivimos en países ricos, democráticos y neoliberales. Pero no creo que hayamos estado nunca cerca de la verdad.
¿Cuál es la verdad de nuestra realidad económica? La verdad es que durante décadas dos pujantes fuerzas económicas (ideas, quiero decir) han mantenido un pulso mundial por demostrar su supremacía sobre la otra y hacer valer al mundo su indiscutible verdad.

Una batalla con un claro ganador desde 1989.
La caída del Muro de Berlín dejó al mundo sin la bipolaridad económica de las últimas décadas.
El socialismo había fracasado. Al menos el socialismo puesto en práctica por algunos países de la zona éste de Europa.
¿Quiere decir esto que los argumentos teóricos de los valedores del socialismo eran falsos? ¿Que sus teorías a favor de un pueblo oprimido y subyugado por el capitalismo vigente eran incorrectas?

La verdad nos hará libres, dice el profesor Aranguren, y acaso está en lo cierto si consideramos que los hechos ocurridos en estas últimas décadas no son sino fruto de la mala gestión pragmática de unas teorías excelentemente fundadas y con una plausibilidad humanitaria sin antecedentes.
La verdad era, lo demuestran los hechos, que tras la revolución industrial del S XIX los abusos laborales eran moneda de cambio diaria. La verdad era, y es, que el capital, amparándose en los supuestos beneficios para el país y la comunidad, elevaba sus ganancias a costa del sudor de los obreros y este capital se quedaba siempre en los mismos bolsillos.
La verdad es, que el socialismo teórico debía haber mejorado la situación de la mayoría de las personas que vivieron la época y velado por el interés del país y de la población con mayor tesón que los explotadores anteriores hubiesen demostrado nunca.

Sin embargo falló estrepitosamente. Los humanos no fuimos capaces de organizarnos para pensar en el bienestar general. Los dirigentes comunistas abusaron del poder que les otorgaba su propio pueblo. Algunos se convirtieron en asesinos crueles contra los que no respaldaban sus teorías (aunque después consiguiesen liberarnos de la amenaza nazi perdiendo 9 millones de soldados en la Segunda Guerra Mundial), otros prefirieron armarse hasta límites impensables previamente por temor a ¿quién sabe qué invasión?.
No supieron priorizar lo realmente importante, el bienestar de sus gentes.

Cuba y Corea del Norte mantienen pertinaces sus estructuras socialistas y sus gentes no tienen comida suficiente para alimentarse adecuadamente.
Las Universidades son gratuitas, sí, gran logro. Pero no hay hospitales donde la gente pueda ir a curarse. Y en los pocos que hay no se encuentran sábanas, ni medicamentos, ni instrumental médico básico. ¿Dónde se equivocó el teórico o dónde ha fallado el práctico?
Como resultado de este intento fallido del socialismo tenemos en el mundo un claro vencedor que se erige como alternativa única a la organización económica en cada país del mundo, el liberalismo económico, que por cierto, en sus orígenes fue antidemocrático.
Las ideas filosóficas centrales de esta teoría económica-política-social son que el hombre mantiene, previamente a su organización política, unos derechos naturales que nadie puede ni debe limitar, y el de la propiedad privada es uno de ellos.
Por tanto pensaban, y siguen pensando muchos aunque se hayan resignado a la democracia, que los poderes públicos no debían ejercer legislación alguna sobre el mercado industrial o financiero, que se autogestionaría por leyes internas de cohesión.

Éste es el sistema triunfador de la historia económica y que todo el mundo está obligado a aceptar como el único que ha demostrado fiabilidad y consistencia, y que ha funcionado bien. Aunque quizás habría que preguntarse si 50 millones, sí, repito, 50 millones de personas sin cobertura médica en Estados Unidos son garantía del éxito del liberalismo que aboga porque cada persona sea valedora de sus propias necesidades, sin que deba importarle demasiado, así opina nuestro vencedor, el bienestar general, o siquiera el de su vecino más cercano.
El “mercado” ofrece las mismas oportunidades a todo el mundo y el que sea más inteligente y trabajador las aprovechará, y el que haya tenido la mala suerte de nacer con una inteligencia genética limitada, en una familia sin recursos, que no haya tenido acceso a una educación adecuada, pues que hubiese nacido en otro sitio.

Es cierto que hay una gran escala de grises entre el socialismo mal llevado a la práctica y el capitalismo egocéntrico y misántropo.
Y quizás en esa escala de grises esté la verdad que nos hará libres.
Yo, de momento, no encuentro verdad en el presente económico mundial, ni en sus expectativas de futuro.
China mantiene su estructura política socialista, pero ha flexibilizado su economía hacia el liberalismo creciendo como ningún otro país del mundo.
Brasil, es una democracia gobernada por Lula da Silva, presidente del Partido comunista de los Trabajadores. Hoy por hoy es una de las estructuras económicas emergentes más importantes del planeta.


Pratibha Patil es la primera mujer presidente de la India, pertenece al Partido del Congreso, cuyas ideas teóricas populares vienen de la familia Ghandi. India está creciendo a un ritmo económico muy superior a la mayoría de los países del mundo.


¿Quizás democracia social y capitalismo humanitario son la verdad? ¿Son acaso posibles?
Después de todo, ¿qué verdad nos hace libres? La de nuestras familias bien alimentadas y cobijadas, la del ocio compartido con los seres queridos, y la cultura al alcance cercano.
Esa es la libertad que todos deseamos, algunos para ellos mismos y otros para toda la humanidad.
Es cierto que el progreso económico es necesario, qué duda cabe, pero también lo es que la verdad y libertad de unos, no es la de todos.
Al menos para mí, la miserable situación real de tres cuartas partes del mundo no me permite disfrutar de mis supuestas verdad y libertad.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Nosotros como ciudadanos

Los hombres transforman la historia, y a su vez, esta transformación los transforma a ellos.
Karl Marx S. XIX d.C.


En realidad lo que pretendo es terminar mostrando una imagen real y clara de nosotros mismos y de nuestro proceso de construcción.

Me interesa el presente y el futuro, pero para explicar el presente, y que éste nos ayude a clarificar nuestro futuro, es necesario acudir al pasado. Al menos a parte de él.

Para explicar nuestra existencia y situarnos fue necesario comenzar con el origen del Universo.
Para comprender nuestro cuerpo físico (una de las capas de nuestra existencia) nos remontamos al momento en el que los chimpancés bajaron del árbol y a cómo la evolución natural, la lucha por la supervivencia y la adaptación al medio nos fueron modificando.

Pero somos fruto de muchas más variables.
Comenzaremos por la Sociedad y por sus incansables y siempre criticadas moldeadoras: la Política y la Economía.

Creo que a los efectos que nos mueven podemos considerar irrelevante todo periodo anterior a las revoluciones estadounidense (1776) y francesa (1789)

El profesor Aranguren, refiriéndose al ser humano, en su conjunto e individualmente, y de una forma atemporal, dijo “El hombre debe percatarse de la tremenda seriedad de su existencia, y elegirse”. Creo que son palabras hermosas, profundas y conmovedoras que todos deberíamos tener siempre presentes.

El revolucionario del Siglo 18 se eligió y decidió que el transcurso de los tiempos no estaba siendo justo con él. El liberalismo económico y el totalitarismo político le esclavizada sin darle oportunidades de ningún tipo. Ni de progreso, ni de cultura, ni de sentirse partícipe de su existencia.
Los pensadores impulsores de las revoluciones comenzaron a hablar de los derechos que todos los seres humanos teníamos, quisiesen o no quisiesen sus políticos.
En la revolución estadounidense se justificaron estos derechos naturales del ser humano en la bondadosa naturaleza divina de Dios, que nos había concedido derechos naturales previos a cualquier organización política.
No era pues la política y sus valedores en aquellos momentos quienes tenían licencia para otorgar derechos a los ciudadanos, más bien al contrario, los políticos asentados en el poder por aquella máxima histórica que promovía a la toma de decisiones públicas a aquellos que habían tenido éxito económico, estaban limitando de manera vil y egoísta, nuestros legítimos derechos naturales divinos.

En la revolución francesa se habló menos de Dios y más de la libertad a la que todos los hombres teníamos derecho, y a la igualdad por la que a partir de entonces debían regularse las relaciones políticas en el país, dando lugar a una incipiente democracia realmente participativa y universal, que se ha instalado hoy por hoy en nuestros días como presente mundial y logro irrenunciable de la humanidad.

Los derechos se dividieron en dos: vertiente moral (derechos naturales inalienables) y política (condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos naturales e individuales).
Nace un nuevo modelo de Estado de Derecho, democrático, participativo y plural.

Se rompe la rueda que las autoridades anteriores nunca habían querido quebrar: nazco rico, tengo acceso a la cultura, recibo aprendizaje de mis predecesores, me ayudan a comenzar mi propio ascenso social y económico, me instalo en el poder, no permito que el pueblo tenga acceso a oportunidades, y tengo hijos a los que les doy acceso a la cultura, les transmito aprendizaje…

El artículo 2 de la preciosa Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano enumera los derechos naturales e imprescriptibles del hombre, que son anteriores a los poderes establecidos y son considerados como aplicables en cualquier lugar y cualquier época:
La libertad
La propiedad
La seguridad
La resistencia a la opresión

El artículo 1 de la Declaración dice "Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos".
Ellos se eligieron. Y ese fue el primer paso de nosotros mismos.
Deberíamos honrarles con nuestro agradecimiento y continuar construyendo sus sueños, que todavía, hoy por hoy, no se han hecho realidad.

martes, 25 de mayo de 2010

De dónde venimos- bajamos del árbol







Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero no todos tenemos el mismo horizonte
Adenauer S. XIX d.C.



Necesito bajar del árbol. Mi familia tiene hambre. El tiempo en los últimos años se ha vuelto loco y nuestra dieta vegetariana rica en celulosa escasea tanto que apenas podemos sobrevivir. Necesitamos encontrar fuentes alternativas de alimentación.
Debemos bajar del árbol y encontrar carne.

Temo morir en las fauces de las grandes fieras pero debo hacerlo.
Bajo. Bajamos.
Me muevo con sigilo y me escondo entre la maleza para que no me vean.
No soy un animal especialmente fuerte. No soy capaz de matar. No tengo velocidad suficiente. Mi dentadura no es lo suficientemente resistente como para desgarrar la piel de las presas. Mis manos no tienen uñas duras y largas para poder desgarrar. Mis brazos no tienen la fuerza de un orangután.
Mi principal cualidad es la agilidad, pero eso no me sirve para cazar, sólo para no ser cazado, y siempre que permanezca en el árbol. Aquí abajo soy uno de los animales más vulnerables de la selva. Tengo miedo pero necesito seguir adelante. Se trata de la historia de la vida: comer y no ser comido. Tengo que sobrevivir adaptándome a este nuevo medio de vida en el suelo.

No soy capaz de matar, por tanto tengo que comer carne de animal muerto.
Debo seguir, sin que me vean, a las grandes fieras para intentar comer la carne que ellos dejen en sus víctimas.
Debo ser paciente y silencioso. Esperar a que el gran animal se harte, y después los carroñeros más fuertes que yo, y después, cuando ya se hayan ido todos, me acerco y compruebo que apenas quedan algunos huesos que mi familia y yo chupamos con avidez.
Uno de ellos está roto. Dentro encuentro tuétano rico en proteínas. Está sabroso y calma mi apetito. Ningún otro carroñero se ha dado cuenta o ha sido capaz de encontrarlo. Mis manos pequeñas me permiten sacarlo del hueso, y a mis hijos también.
Pero el tuétano se acaba y necesitamos seguir comiendo. Los huesos que no están rotos no tienen orificios por donde acceder a su interior. Debo hacer algo para sacar la sustancia de dentro. Debo romperlos. Cojo esa piedra cercana y lo golpeo. Se rompe y puedo comer su interior. La familia me observa e imita. Pronto todos los huesos del antílope están vacíos y nosotros satisfechos.

Comer carne nos está sentando bien. Mis hijos crecen sanos y fuertes.
Seguimos escondidos entre la maleza pero hemos aprendido a incorporarnos sobre nuestras patas traseras y así podemos observar dónde están los grandes animales y podemos llegar antes a las presas. Y por otro lado podemos comprobar si estamos en peligro. Nuestro olfato tampoco es de los mejores. Debemos confiar en nuestra vista y en nuestro oído.
Puestos en pie durante unos segundos nos hacemos una idea concreta de nuestro entorno.
Hemos reducido el número de muertes de nuestro grupo, que crece saludable.

También hemos observado que la forma de algunas piedras es importante para romper mejor los huesos. Algunas cortan mejor que otras.
Uno de mis hijos ha aprendido a darle forma a las piedras haciéndolas chocar.

Observo en sus hijos, mis nietos, cambios significativos en su morfología. Sus dedos son diferentes. Uno de ellos se ha separado de los demás y de esta manera tienen mayor habilidad para la construcción de piedras con forma. Y su craneo es mayor que el nuestro.

Seguimos caminando. Cada día permanecemos más tiempo sobre nuestras patas traseras.
Comenzamos a perder un poco el miedo a los demás animales. Hemos construido con piedras en forma de pico algunos instrumentos que nos ayudan a cazar y a defendernos.
Nuestra alimentación es cada día mejor y hemos comenzado a emitir algunos ruidos que todos reconocemos.
Nos avisamos cuando vemos fieras a lo lejos, y cuando encontramos comida. Nuestras miradas se cruzan con curiosidad porque todos sabemos que algo está sucediendo entre nosotros. Hoy he creído saber lo que mi familia pensaba y deseaba, sólo con escuchar los sonidos de sus gargantas y observando sus gestos.

Todo está claro ahora. Nos hemos adaptado bien al medio luchando por nuestra supervivencia. Parece que éste es el camino. Quizás, casi sin darnos cuenta, hemos cambiado la eterna ley del más fuerte por una nueva ley del más inteligente.

lunes, 24 de mayo de 2010

De dónde venimos- Nacimiento de la primera célula






El mundo es un maravilloso mecanismo de relojería
Galileo. S. XVI d.C.
El mundo es un aparato de relojería al que Dios dio cuerda y ha quedado libre
Voltaire. S. XVII d.C.
Continuando con nuestro juego matemático de ayer (vida del Universo/24 horas), los científicos datan el nacimiento de la vida en nuestro planeta en unos 4.500 millones de años. Es decir, hace unas 7 horas y 50 minutos.

Son dos las principales teorías sobre este nacimiento:

1) El proceso se inició gracias a la transformación de moléculas inorgánicas en orgánicas bajo unas condiciones ambientales adecuadas; tras esto, dichas biomoléculas se asociaron dando lugar a entes complejos capaces de autorreplicarse.

Las condiciones especiales que menciona la teoría podrían haber sido:
a- Erupciones de volcanes que comenzaron a formar la atmósfera, el vapor de agua y los océanos. El progresivo enfriamiento del agua y de la atmósfera permitió el nacimiento de la vida, iniciada en el mar en forma de bacterias y algas, de las que derivamos todos los seres vivos que habitamos hoy nuestro planeta tras un largo proceso de evolución biólogica.

b- Las algas nacidas en este primer proceso de creación realizaban la fotosíntesis; por tanto, tomaban dióxido de carbono y expulsaban oxigeno. Probablemente, se deba a ella el cambio más importante de la atmósfera primitiva: la incorporación del oxigeno.

c- La diferencia más importante de aquella atmósfera con la actual, es que no había oxigeno y, por el contrario, era mucho más abundante el dióxido de carbono.
El oxígeno lanzado por los volcanes en forma de vapor de agua, y el oxígeno lanzado a la atmósfera por la fotosíntesis de las algas, fue creando la capa de ozono, principal garante de vida de este planeta, que nos sigue protegiendo a todos los seres vivos que lo habitamos.

Las dos teorías transformacionistas más importantes son la "Hipótesis del mundo de ARN", y la "Teoría del mundo del hierro-sulfuro".

2) Panspermia
Es la hipótesis que sugiere que las Bacterias o la esencia de la vida prevalecen diseminadas por todo el Universo y que la vida comenzó en la Tierra gracias a la llegada de tales semillas por azar a nuestro planeta.

Existen estudios que sugieren la posible existencia de bacterias capaces de sobrevivir largos períodos de tiempo incluso en el espacio exterior, lo que apoyaría el mecanismo subyacente de este proceso. Estudios recientes en la India apoyan la hipótesis.
Otros han hallado bacterias en la atmósfera a altitudes de más de 40 Km donde, aunque no se espera que se produzcan mezclas con capas inferiores, pueden haber llegado desde éstas.

Una posible consecuencia de la panspermia sería la manera en que podemos ver que la vida en todo el Universo poseería una base bioquímica similar, a menos que hubiera más de una fuente original de vida.

En cualquier caso, los científicos no han demostrado todavía el origen de la vida, aunque sin duda lo harán en las próximas décadas, ni han sido capaces de reproducir, bajo circunstancias similares, el nacimiento de la primera célula viva, de la que todos descendemos.


Hay una conclusión evidente que ya podemos sacar sin demasiadas complicadas inferencias: lo que nos dio la vida nos la puede quitar si no la protegemos.

viernes, 21 de mayo de 2010

Situación espacio-temporal





La felicidad del sol consiste en que su sobreabundancia de luz
sea recibida por las cosas que ilumina

Nietzsche S XIX d. d C.


Los científicos estiman que el Universo tiene una vida de 13.700 millones de años, momento en que se produjo el Big-Bang provocando que la inmensa bola de materia acumulada durante quién sabe cuanto tiempo en un proceso inverso al de expansión actual, lanzase al firmamento la innumerable cantidad de constelaciones, estrellas y planetas que forman este maravilloso espacio en el que nos encontramos.

Es un hecho cierto y demostrado científicamente. No hay nada que inventar ni racionalizar.

Otro hecho cierto y demostrado científicamente es la evolución de los homínidos desde los simios. Desmitificada ya la creación del hombre.

Nos separamos finalmente de los simios al dividirse las líneas genéticas de los chimpancés y los homínidos, hace, se calcula, entre 5 y 7 millones de años.

Situémonos por tanto en la historia del Universo y hagamos un pequeño juego matemático para comprenderlo mejor.
Imaginemos que la vida del mundo conocido ha transcurrido en 24 horas.
Calculemos pues cuánto tiempo de estas 24 horas ha existido el hombre.
El cálculo no es complicado y el resultado final es:

38 segundos.

El ser humano existe desde hace 38 segundos si la historia del Universo transcurre en 24 horas, aunque cueste creerlo y nuestro antropocentrismo luche contra este dato desesperadamente.

Ya estamos situados en el tiempo.

Situémonos ahora en el espacio, la segunda de las dimensiones que encadenan nuestro existir.

Y para situarnos en el espacio elijo la distancia a las que los científicos han situado la estrella más lejana del Universo: 93.000 millones de años luz.

Y hagamos otro pequeño ejercicio matemático.
Tomemos un par de referencias cercanas para situarnos:
El diámetro de la Tierra: 12.576 kilómetros.
La distancia de la Tierra al Sol: 149.600.000 kilómetros, o lo que es lo mismo 11.895 diámetros terrestres.

Pues bien la distancia que hay desde la estrella más lejana es 15 mil billones de veces superior a la distancia entre nuestro planeta azul y nuestro astro amarillo.

Lo sé, son cifras que nuestro cerebro no está preparado para asimilar. Pero creo que es positivo que centremos al ser humano en la Historia y en el Universo.

jueves, 20 de mayo de 2010

Mitos, logos y verdad





El auriga detiene los caballos ante el pesebre, les echa de pienso ambrosía,
y los abreva con néctar.
Platón S. V a. d C. (al contemplar el mundo de las ideas)

Al principio, el hombre inventó respuestas para lo desconocido.
Mitos, les llaman los filósofos. Narraciones literarias en las que el artista imaginaba mundos maravillosos de dioses antropomórficos, normalmente, de vida eterna y poderes sobrenaturales capaces de generar, a capricho, enormes tormentas, ciclones o maremotos; crear cúpulas celestes en la que las estrellas se movían erráticamente, o ser bondadosos y regalarnos abundantes cosechas.
Desde dioses mensajeros con sandalias aladas, cascos de invisibilidad, inmortales medusas o ánforas que una vez abiertas dejan escapar todos los males del mundo, y atrapan la esperanza antes de que pueda salir.
Filicidas, caníbales o hermosos hasta superar toda belleza jamás vista.

Mundos imaginarios de dioses y sus intrigas, traiciones, hijos ilegítimos, amores imposibles, u odio sin límites, entre aquellos que tenían en sus manos los designios del inocente y débil mortal humano.
Mundos antropoimaginarios que copian nuestras miserias y las elevan a rango de celestiales.

Con el paso del tiempo la evolución del pensamiento humano fue modificando hábitos y grandes pensadores comenzaron a mostrar su frustración por la manera en la que se estaba explicando el mundo y sus misterios.
Hablaremos de ellos y de mi profunda admiración por estos hombres que dignifican al ser humano y nos mostraron una manera diferente de comprender una realidad que en aquellos tiempos se antojaba de difícil entendimiento, y que hoy, gracias a la ciencia se nos ha mostrado en su maravillosa y magnífica realidad y verdad.

Sin embargo algunos mitos se han abierto camino siglo tras siglo a través de la razón, de la ciencia, de la lógica y del sentido común.

El Génesis (del griego Γένεσις, "nacimiento, creación, origen"; del hebreo בְּרֵאשִׁית, Bereshit, "en el principio") es el primer libro de la Torá ("La Ley" o Pentateuco) y también el primer libro del Tanaj, la Biblia hebrea (conocida por los cristianos como el Antiguo Testamento).
Los estudiosos de la Biblia creen que el libro de Génesis fue escrito por Moisés, inspirado por el Espíritu Santo, durante los 40 años que los Israelitas vagaron por el desierto (1450 - 1410 a.d C.).
Yo estudié hace apenas tres décadas que Adán y Eva fueron creados a imagen y semejanza de Dios, primeros seres humanos de cuya descendencia, dos varones, descendemos todos.
Todavía recuerdo la cantidad de tiempo que dediqué a pensar en aquella invención simbólica que me transmitieron como cierta 3.400 años después de haber sido inventada.
Recuerdo que mostré mi confusión en aquella adolescencia temprana y confusa, pero alguien a quien respetaba profundamente, uno de mis mejores profesores, me dijo que aquello había sido así, y que no había mucho más que pensar.


Creacionismo dogmático absurdo, estúpido y consentido por poderes políticos igual de absurdos y estúpidos.
El mundo del futuro que vamos a construir debe, como primer paso, enterrar todos los mitos que todavía luchan por permanecer entre nosotros.
La ciencia nos ha mostrado la verdad. Sabemos de dónde venimos, está demostrado, no hay lugar al mito ni a introspecciones racionales, y eso debería ayudarnos a reflexionar sobre dónde deberíamos ir.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Somos dinamismo holístico

Todo fluye, todo cambia, nada permanece.
No podemos bañarnos dos veces en el mismo río.

Heráclito
S. V a. d C.



Quizás sea ésta una de las entradas más importantes y difíciles de transmitir de este camino común que compartimos. Es necesario que cuando termines de leer este texto de hoy te detengas unos instantes a interiorizarlo y hacerlo tuyo.

Debo intentar que “sientas” (inexcusablemente), quizás incluso que “comprendas” racionalmente (aconsejable), lo que deseo transmitir.
Se trata de la visión dinámico-holística con la que pretendo dar sentido a esta disertación sobre el mundo, la vida y el hombre, y la necesaria comprensión de esta visión para la correcta y adecuada aprehensión de las respuestas.

Somos el fruto presente de todo nuestro pasado. Somos el resultado de la evolución de todas y cada una de las circunstancias que nos precedieron en el tiempo. Todas y cada una de ellas en su conjunto y unidas. Ninguna de ellos influyó en nosotros sin interrelacionar con las demás. Somos un río nuevo cada día aunque permanezca en nosotros la estabilidad de algunas estructuras.

Somos el resultado de la evolución de miles de millones de años de nuestra herencia genética, de los avances en los conocimientos científicos, de las ideas de los grandes pensadores, de la política y la ética, de la psicología, de las relaciones sociales, del lenguaje, de la religión, de la economía local y mundial... Somos el resultado de la evolución de nuestra propia vida, de nuestras emociones, de las circunstancias de nuestros seres cercanos; de nuestra propia mente, que cada día almacena nuevos datos, conocimientos, vivencias y deducciones, y echa al saco del olvido información que considera irrelevante.
Somos la evolución y desarrollo de nuestro propio cuerpo, donde cada día millones de células nacen y mueren. Los fluidos se destruyen y regeneran. Somos un ciclo de vida, muerte y vida. Único y maravilloso cuerpo armonioso que cada día necesita nueva energía para seguir viviendo.

Somos el resultado evolutivo y dinámico, porque no es posible detener el movimiento, del pasado holístico, en todas y cada una de sus facetas y unidas, que nos ha ido construyendo.

Somos una especie de río heraclitiano, en continuo movimiento hacia el mar. Cada momento diferente y sin embargo siempre el mismo río.

Creo que el hombre y el mundo mantienen un paralelismo que quizás es menos casual de lo que puede parecer a priori.
Un mundo en el que cada día mueren y nacen millones de personas/células.
Un mundo en continua evolución científica, cultural, de ideas, sociológica…
Un mundo que cada día necesita nueva energía para seguir caminando.
Un mundo que cada día almacena nueva información y echa al saco del olvido lo que considera irrelevante.
Un mundo construido, quizás, por el hombre a su imagen y semejanza, y que necesita evolucionar/seguir construyéndose de una manera diferente. Nosotros también, seguramente.
¿O acaso esta infelicidad generalizada del ser humano es el objetivo final que esperaba toda nuestra evolución previa? ¿Y este mundo desequilibrado y cruel donde millones de personas sobreviven un día sin saber si al siguiente podrán hacerlo?
¿No merecen todos los que nos han precedido, y han vivido y luchado por nosotros, que les honremos intentando dejar a los que evolucionarán de nosotros, un ser humano y un mundo mejores?

Las respuestas que os transmitiré ayudarán a que este objetivo sea posible. Pero para ello debemos separar, y hablar de manera individualizada, de todos estos aspectos de nuestra evolución que nos han construido tal como somos.

Debe tenerse presente en todo momento, que cada una de estas facetas que nos han llevado hasta nuestro presente, lo han hecho siempre en interrelación dinámica con las demás.

martes, 18 de mayo de 2010

Atrévete a pensar por ti mismo

Atrévete a pensar por ti mismo

Inmanuel Kant
S XVIII d.C.

Es importante que se comprenda, y se interiorice desde el principio, que el camino es parte de las respuestas.

Pensar únicamente en las respuestas sería como recorrer el hermoso camino de Santiago con la mente fija en el momento de alcanzar la plaza del Obradoiro, sin disfrutar de cada día del camino como si fuese el último, sin gozar de los amaneceres frescos, de los magníficos paisajes, de las buenas gentes o de las profundas amistades fugaces de los compañeros que vamos encontrando.
El Camino de Santiago es cada paso, cada sensación, cada cansancio, cada alegría, cada risa, cada gota de sudor, cada ampolla, cada sueño, cada nuevo amigo, y cada logro o renuncia.

Lo que pretendo transmitir no puede comprenderse sin vivir el camino.
Sin sentir cada paso.
Sin experimentar cada reflexión como propia, sin detenerte unos instantes a hacerla tuya.

No pretendo, en absoluto, que estés de acuerdo con mis reflexiones y conclusiones. Sólo que las conozcas y las interiorices, que te forjes quizás una opinión propia sobre cada asunto que te plantearé sobre el mundo, la vida y el hombre.

Anticipo, y yo tampoco termino de comprenderlo, que no se trata de un camino lineal. Ni siquiera es un camino continuo.
Es un camino discontinuo e ilógico que nunca pensé podría llevarme a encontrar respuestas. Nunca las busqué, de hecho.
Por eso lo cuento ahora todo, para que lo recorras de nuevo conmigo y pueda transmitirte las respuestas que espero sirvan para que cada hombre, y el mundo que hemos organizado, sufran una profunda transformación individual y global.

Por último deseo decirte que no debes tener prisa. Disfruta e interioriza cada paso que demos juntos.
No sé cuánto tiempo nos llevará recorrer todo el camino de reflexión, pero no será cuestión de días, ni de semanas, sino de meses. Quizás un año...

Espero que resulte enriquecedor.

lunes, 17 de mayo de 2010

Primer contacto


Tetraktys pitagórica


Tan abundante caudal de verdades derramará mi lengua,
que temo que la tarda vejez se nos deslice en los miembros
y suelte los cerrojos que nos contienen la vida,
antes de que mis versos hayan hecho llegar a tus oídos
el tesoro de argumentos que poseo.

Lucrecio, I a.C.